Mi habitación estaba echa un lío, aun no la había arreglado a pesar de las insistencias de mi madre, y para mi sorpresa, eso me peso mas que nunca ya que mi ropa limpia estaba en algún lugar junto con la que supuestamente iba a llevar hoy a la lavandería.
Hice tanto ruido al corretear por el piso de parque en busca de ropa limpia que de seguro mi hermana, en su habitación continua a la mía, ya se habría levantado, y eso a mi no me convenía...
Me vestí con lo primero que encontré y convino, unos jeans celestes medios gastados, un polo sin mangas lila, una chaqueta negra y mis acostumbradas zapatillas urbanas.
El peinado y maquillaje fue lo mas simple de hacer para luego respirar hondo, tranquilizarme, abrir la puerta y bajar los escalones lo mas deprisa que mi corazón palpitante me permitiera.
Todo se volvió extrañamente relajante y silencioso en el ultimo escalón, tan solo mi corazón seguía palpitando, ahora ya a mil, y mi respiración parecía haberse agotado en un ultimo aliento.
Cruce la sala y abrí la ultima puerta...el estaba ahí, tan relajado y desgarbado como la ultima vez, con su tez pálida... sus ojos claros y esa sonrisa..que hacia perderme sin esperar un regreso.
-Hola- dije, reuniendo todo el aliento que me quedaba para decir tan solo eso, mientras que sentía como si miles de hormigas (y no mariposas como muchos), caminaran en mi estomago.
-Buenos días Emma...
Me respondió con tan tremenda sonrisa y picardia en los ojos, que creí que me caería de espaldas en cualquier momento; pero como una revelación fugaz reconocí que eso seria lo mas estúpido y vergonzoso que podría pasarme.
-Que...¿que haces aquí?
-Bueno- me tomo de las manos- pensé que.. tal vez te gustaría ir de campamento conmigo...
Había olvidado lo heladas que eran sus manos, pero en contraste con lo fuerte que bombeaba mi corazón la sangre, sus manos parecían ser tan solo... frías.
-¿De campamento?
-Si...
-¿Estas loco?...en serio y ...vienes a mi casa...te dije que no vinieras Jared, mi madre esta furiosa y ...
-¿Esta tu padre?
-¿Que?...no... no, el no esta en casa, salio en un viaje de trabajo, pero...
-Entonces no veo el problema...
Lo mire confusa, ¿acaso no veía el lío en que me metía?, y..porque rayos seguía con esa sonrisa... o es que le gusta verme así.
-No, no creo que sea el momento...
-¿Porque?- me lo dijo como..¿frustrado?, o solo me pareció así...
-¿Porque?, porque... mi madre esta echa un loco con tu presencia y...me pregunto, que hice ayer...
-¿Te pregunto?...pero, que le respondiste.
-Nada..., no supe que decirle...
Jared me miro como mi madre, tratando de entrar en mi mente, pero para suerte mía, el no tenia ese don, así que ese era un punto a mi favor, aunque el lo detestara.
-Bien..., entonces...
-entonces... déjame ver como hago para calmara mi madre y te veré en la tarde ¿si?.
El asintió y sonrió sin ganas, se acerco a mi oído y pude sentir el roce de sus labios mientras decía en un susurro casi eterno...
-Te espero en casa de Emmet,... tu hermana nos vigila...
Cuando se aparto y me dio un beso en la frente, mi respiración se volvió agitada, el volvió a sonreír de forma picara y se volvió para marcharse.
Me quede plantada en la puerta viéndolo irse a pie y luego, sin duda, desaparecer corriendo.
-Tu hermana nos vigila...
Recordé esas palabras y me volví a poner tensa y nerviosa.
-Hermanita!, que madrugadora...buenos días...
Me volví para dar cara a Dulce Maria, mi hermana mayor, mi tormento y dulce amargo, que esperaba sentada en un sillón con aire complacido.
-Buenos días Dulce
Cerré la puerta y me volví rápidamente, rogando poderme escabullir de ella, pero a penas puse un pie en el escalón...
-Espera, espera...., ven siéntate junto a tu hermana,... porque...
-No!..., perdón, Dulce ahora no...
Subí corriendo y fui directo a mi habitación, no quería hablar con nadie, tenia tan solo hasta la tarde para inventarme algo y mentirle a mi madre sobre lo que el día anterior hice hasta tarde, así que tenia que concentrarme,...concentrarme, si quería poder salir de esta casa...y reunirme con Jared...